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ESTRÓGENOS Y ANTIADRÓGENOS. ¡UN TRAJE A MEDIDA!

Las guías clínicas para la atención a la salud de las personas trans* recomiendan unas pautas con estrógenos y antiandrógenos, que no siempre se adaptan a las necesidades de todas las mujeres trans* y personas no binarias. Algunas de ellas, simplemente no desean estos preparados y para otras son imprescindibles. Otras los tomarán un tiempo, otras a temporadas y otras toda la vida. Algunas querrán dosis máximas, otras dosis medias y otras dosis mínimas. Otras aceptarán algunos de sus efectos incómodos, pero otras preferirán prescindir de ellos si aparecen.

Es importante que el uso de estos preparados se adapte a las necesidades, posibilidades y expectativas de cada persona. Por ello es esencial tener una información correcta y con ella poder decidir, cuál es la mejor opción para cada una.

Se comenta muchas veces que no hay preparados específicos para las personas trans*. Es verdad, que su prescripción no está autorizada en la ficha técnica con esta indicación, tal como ya hemos explicado en otro post. A pesar de ello, hay preparados con dosis y vías de administración distintas, que pueden responder a necesidades muy variadas. Algunos de ellos, sin embargo, no están disponibles en determinados países o no están financiados por su sanidad pública.

KASA TRANS* Desvelando Identidades te informa sobre el uso de estrógenos y antiandrógenos

 

Antiandrógenos

 

Con los antiandrógenos se espera disminuir la acción de la testosterona en el cuerpo, disminuyendo su producción y/o bloqueando sus efectos en el cuerpo. Si además se toman estrógenos, éstos pueden actuar en las células y órganos del cuerpo sin su interferencia. Hay distintos tipos de antiandrógenos. Los más conocidos son el acetato de ciproterona, la espironolactona, el finasteride, la flutamida y la bicalutamida. Hay otros, pero son menos utilizados y conocidos en sus efectos.

Algunas personas no desean tomar antiandrógenos a veces por falsas creencias sobre sus efectos adversos, porque quieren evitar algunos de sus efectos reales o algunas porque sólo quieren tomar estrógenos. 

Excepto en el primer caso todas las opciones son correctas. Tras la realización de una orquiectomía o una vaginoplastia no hay producción de testosterona y no es necesario el uso de antiandrógenos, pero sí es necesario continuar con estrógenos.

  • Efectos en relación con la sexualidad. Aparte de algún efecto propio de cada preparado, según la dosis utilizada, disminuyen el deseo sexual y la respuesta genital, en mayor o menor medida. El nivel de deseo sexual y respuesta genital de cada persona es siempre individual, variable en el tiempo y con la edad y hay múltiples factores que pueden modificarla. La influencia de estos preparados en cada persona también es única. Hay personas que, con la mínima dosis de un antiandrógeno suave, ya notan una gran disminución y otras que con la dosis máxima del más potente notan un cambio mínimo. Por ello, es importante tener en cuenta la importancia que da cada persona a su sexualidad, se suba la dosis lentamente para valorar su impacto en el deseo sexual y la respuesta genital y pueda decidirse en que dosis quedarse para no vivir incomodidades no deseadas. Las mujeres trans* y personas no binarias que no desean cambios en su sexualidad pueden optar por no utilizar antiandrógenos, utilizar dosis bajas del antiandrógeno más suave (preferentemente espironolactona) o utilizar bicalutamida que es el antiandrógeno con un menor impacto negativo en la sexualidad.

Estrógenos

 

Con los estrógenos se consiguen las modificaciones que producen en el cuerpo. En distintos países hay preparados distintos (valerato de estradiol, estradiol y hemihidrato de estradiol) y distintas vías de administración (cutánea, oral e inyectables). Los preparados con el estrógeno llamado etinilestradiol, utilizados por algunas personas trans*, no son recomendables porque tienen un mayor riesgo de producir trombosis venosa (coágulos en extremidades o en el pulmón), que los anteriormente mencionados.

Algunas personas trans* no desean tomar estos preparados, porque simplemente no desean los cambios que producen y sólo desean reducir en mayor o menor medida los efectos de la testosterona. Tomar antiandrógenos sin estrógenos no es recomendable, porque el cuerpo necesita hormonas sexuales para muchas de sus funciones metabólicas Un cierto nivel de estrógenos y/o testosterona es necesario para no tener síntomas de déficit de hormonas en el cuerpo, similares a los de la “menopausia” (sofocaciones, insomnio, irritabilidad, depresión) y efectos sobre la salud a largo plazo como osteoporosis o aumento del riesgo de trombosis arterial (infartos o embolias).

Las mujeres trans* y las personas no binarias que los quieren tomar han de tener en cuenta que:

  • El tipo de estrógeno y la vía de administración no influyen en que los cambios sean mejores. Los cambios en el cuerpo dependen de la dosis, de la edad de inicio, de la estructura previa del cuerpo y la genética de cada persona.
  • Cualquier vía de administración, incluyendo la oral, es igual de recomendable en personas sanas y con un estilo de vida saludable. La vía cutánea o la inyectable son más recomendables en personas de más de 40 años o con alto riesgo de enfermedad cardiovascular o en enfermedades hepáticas activas.
  • Hay una dosis máxima recomendable, a partir de la cual no se obtienen beneficios en los cambios corporales y pueden aumentar los efectos adversos a corto y a largo plazo.

Desde KASA TRANS* Desvelando identidades te recomendamos

 
  • La importancia que tiene para una persona el deseo sexual y la respuesta genital puede aconsejar no utilizar antiandrógenos junto con los estrógenos. En caso de decidir utilizarlos, se ha de buscar el antiandrógeno que responda mejor a las necesidades sexuales de cada persona. 
  • Busca la opción que se adecue más a tus necesidades y expectativas. Cualquier opción que decidas, es válida para ti, pero, quizás, no lo es para otra persona. 
  • Hay muchas falsas creencias respecto a estos preparados. Es muy importante no diseminarlas porque pueden hacer daño a ciertas personas.
  • Si quieres minimizar el riesgo cardiovascular asociado a los estrógenos cuida tus hábitos de salud: Dieta sana, ejercicio, mantenimiento de peso y no uso de tabaco.

Tener información sobre los preparados de estrógenos y antiandrógenos permite 

que hagas tu propia elección y puedas cuidar mejor de tu salud

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