El uso de testosterona en hombres trans* o personas no binarias que desean modificar su cuerpo, tiene muchos efectos beneficiosos. Como ya hemos señalado en otro post la testosterona tiene pocos efectos adversos a corto plazo. Sin embargo, hay un conocimiento escaso de sus efectos a medio o largo plazo.
Uno de ellos es el dolor pélvico crónico. Es un dolor, que definen como similar a los que se sienten antes o durante la menstruación. Suele aparecer esporádicamente, con más frecuencia al acostarse, son de poca intensidad y duración y no tiene relación temporal con la administración de testosterona. Progresivamente, van aumentado en todos estos aspectos, necesitando el uso de calmantes y disminuyendo la calidad de vida. A ello, se añade una cierta angustia, por el desconocimiento de cuál es su causa.
Con frecuencia, aparece además un dolor pélvico intenso, tipo contracciones, durante la actividad sexual, especialmente en las fases de excitación intensa o durante el orgasmo, que suele disminuir tras algunas horas.
KASA TRANS* Desvelando Identidades te informa sobre el dolor pélvico crónico durante el uso de testosterona
Se define como dolor pélvico crónico, el dolor que aparece en el abdomen por debajo del ombligo durante más de 6 meses. Esta condición es muy frecuente en la población. Lo sufren del 6 al 25% de las personas asignadas mujer y del 2 al 17% de las asignadas hombre.
Se describen algunas causas orgánicas (digestivas, ginecológicas, osteomusculares, neurológicas). Cuando, tras explorar estas posibilidades, no se encuentra la causa, es probable que sean debidos a causas desconocidas o factores psicológicos o emocionales.
El dolor pélvico crónico durante el uso de testosterona está descrito en la bibliografía médica, pero no hay estudios clínicos que determinen sus posibles causas.
Patologías que pueden causar del dolor pélvico crónico no relacionadas con el uso de la testosterona
Una historia clínica completa, una exploración física y pruebas complementarias pueden descartar o confirmar la posibilidad de una causa orgánica. Las más frecuentes son:
- Causas digestivas: La presencia de diarreas o estreñimiento, hinchazón abdominal, dolor de estómago, náuseas, vómitos, etc., nos puede orientar hacía disfunciones del sistema digestivo. Si hay síntomas que sugieren esta causa, se darán consejos dietéticos, tratamientos y/o se solicitarán algunas pruebas.
- Causas osteomusculares: Si el dolor aumenta con el movimiento, con el ejercicio o con los esfuerzos, nos puede orientar hacía alguna patología en la zona lumbar de la columna vertebral. Las contracturas musculares, a nivel de zona lumbar o en los músculos abdominales, suelen ser la causa más frecuente. En función de la exploración física se darán consejos posturales, tratamientos o se solicitarán algunas pruebas.
- Causas ginecológicas: Las patologías ginecológicas más comunes son poco frecuentes durante el uso de testosterona, a dosis que impiden la función del ovario y la producción de estrógenos. A pesar de ello, si se descartan otras causas orgánicas, puede ser útil hacer una ecografía ginecológica.
Otras posibles causas de dolor pélvico crónico no relacionadas con el uso de testosterona, cuando no hay patologías
- Causas emocionales. Las situaciones de estrés, la ansiedad o el malestar emocional se reflejan siempre en el cuerpo. Por ello, reflexionar sobre nuestra situación emocional y buscar estrategias para mejorarla, si está un poco alterada, puede ayudarnos a minimizar el dolor.
Posibles causas de dolor pélvico crónico relacionadas con el uso de la testosterona
Como ginecóloga, atiendo a personas trans*, que utilizan testosterona y tienen dolor pélvico crónico. En ningún caso, he encontrado patología ginecológica ni en la exploración ni en la ecografía. Sin embargo, me planteo algunas hipótesis sobre su origen, que deberán comprobarse en el futuro.
- Cambios en el útero. El nutriente principal del útero son los estrógenos. El uso de testosterona cambia la vascularización del útero y, probablemente, su estructura. El útero es un músculo que, siempre, se contrae en mayor o menor medida. Parte del dolor, que aparece a veces durante la menstruación, tiene relación con estas contracciones. La testosterona aumenta la síntesis de proteínas en los músculos y por ello, es probable, que cambie la estructura de este músculo y su capacidad contráctil. Este cambio puede ser la causa de estos dolores.
- Cambios en los músculos del suelo pélvico. En el suelo pélvico hay muchos músculos, que actúan como sostén del útero, la vagina, la vejiga y el recto. El cambio que la testosterona produce en estos músculos podría estar en el origen del dolor pélvico crónico. Se ha descrito una condición, llamada dolor pélvico miofascial, como causa del dolor pélvico crónico en personas cis. Puede ser útil una valoración especializada, para descartar esta patología.
Quitarse el útero y los ovarios cuando hay dolor pélvico crónico con testosterona
Si tienes dolor pélvico crónico, quizás te plantees quitarte el útero y los ovarios. No hay ninguna seguridad de que esta intervención los mejore. Esta intervención causa dolor pélvico crónico en un pequeño porcentaje de personas, que se la hacen.
Hay un relato en las redes sociales que alerta sobre la presencia de este tipo de dolor. Recomienda una valoración por profesionales de la salud. Sin embargo, ha condicionado que personas trans*, que utilizan la testosterona y tienen dolor pélvico crónico, decidan quitarse el útero y los ovarios. Como ginecóloga, muchas de las interpretaciones que da en su relato, no las reconozco como la causa que le condicionó un ingreso y una intervención urgente, aunque necesitaría más datos para poder asegurarlo.
Desde KASA TRANS* Desvelando Identidades te recomendamos
- El dolor pélvico crónico cuando se usa testosterona no siempre tiene relación con este preparado. Sólo puede relacionarse con ella si se exploran y se descartan las posibles causas funcionales u orgánicas de este dolor.
- Teniendo en cuenta las relaciones que hay entre los malestares emocionales y las quejas del cuerpo, es importante reflexionar sobre la propia situación emocional y en qué medida puede contribuir a que el cuerpo se queje con dolor.
- Buscar estrategias para sobrellevar la situación de malestar emocional, cuidar la alimentación, las horas de sueño, el consumo de tabaco y otros tóxicos, quizás, pueda minimizar el dolor.
- Si ninguna de las anteriores causas explica la causa del dolor, cambiar la vía de administración, disminuyendo la dosis de testosterona o incluso dejarla unos meses, puede mejorarlo. Si no mejora y se quiere continuar con el uso de testosterona, la recomendación sería acudir a profesionales que valoren la posibilidad de tener un síndrome miofascial.