Algunas personas trans* utilizan estrógenos para modificar su cuerpo. Los estrógenos actúan en todas las células y órganos del cuerpo, produciendo cambios, que evolucionan más rápido a dosis altas, aunque, a partir de la dosis máxima recomendada, no producen un cambio superior y pueden tener más efectos negativos para la salud. Pueden utilizarse solos o con antiandrógenos, que son preparados que disminuyen el nivel de testosterona en el cuerpo o bloquean directamente su acción. Utilizarlos, favorece la evolución de las modificaciones corporales en respuesta a los estrógenos.
KASA TRANS* Desvelando Identidades te ofrece información sobre el uso de estrógenos
Los estudios farmacológicos, para el uso médico de los estrógenos sintéticos, tuvieron lugar en los años 30, creyendo que solo actuarían en mujeres cisgénero. Cuando se comercializaron, no constaba en su ficha técnica su uso en mujeres trans*, porque en aquella época había un total desconocimiento sobre esta realidad. Las primeras mujeres trans* que utilizaron estrógenos aparecen en la bibliografía médica en la década de los años 40. No es hasta la década de los años 60, cuando se descubre la presencia de receptores de estrógenos en las células de muchos órganos de hombres y mujeres cisgénero, entendiendo su actuación en mujeres trans*.
La inclusión de una nueva indicación en la ficha técnica de cualquier fármaco barato, comercializado y utilizado desde hace mucho tiempo supone una investigación larga y cara. Esto condiciona, que el uso médico de fármacos sin indicación en la ficha técnica constituya hasta un tercio de todas las prescripciones de medicamentos comunes y llegue al 100% en algunas situaciones, como sería el caso del uso de estrógenos por parte de las mujeres trans*.
Hay muchos preparados de estrógenos en el mercado, con distintas vías de administración, distintas dosis, con gestágenos en todas las pastillas o sólo en algunas de ellas, con precios distintos y algunos están financiados por sanidad pública y otros no.
Estrógenos en comprimidos
La vía oral es menos recomendable en personas mayores de 40 años, con factores de riesgo de trombosis arterial, enfermedades activas del hígado, problemas de absorción digestiva o tendencia a vomitar. El estrógeno recomendado es el valerato de estradiol, porque es el estrógeno más potente. El etinilestradiol no se recomienda, ya que tiene un riesgo superior de producir trombosis venosa.
- Valerato de estradiol sólo. La dosis puede ser desde un comprimido de 1mg dos o tres días a la semana y la dosis máxima son 6 mg. al día.
- Valerato de estradiol combinado con gestágenos. Además del estrógeno, llevan en algunos o todos los comprimidos una pequeña dosis de gestágeno. Todos los gestágenos tienen un cierto efecto anti androgénico y por ello, no serían tan recomendables en personas que se hayan realizado una orquiectomia con o sin vaginoplastia. En estos preparados, el efecto anti androgénico incluso del más potente es bastante suave. La dosis puede ser desde un comprimido de 1 mg dos o tres días a la semana y la dosis máxima son 6 mg. al día.
Estrógenos cutáneos
Pueden utilizarse cuando la vía oral no es recomendable o si se desea esta vía de administración. Llevan hemihidrato de estradiol.
- Estrógenos en gel. Puede aplicarse en cualquier zona descubierta del cuerpo, excepto en la zona del pectoral o en los genitales. Su absorción tarda 20 minutos y no se debe cubrir, ni mojar la zona donde se ha administrado, ni contactar con la piel de otra persona que no desee estrógenos, hasta asegurar su total absorción. Hay que saber cuántos miligramos de estradiol tiene cada gramo de gel. La dosis puede ser desde 1 mg de estradiol dos o tres días a la semana y la dosis máxima son 6 mg. al día.
- Estrógenos en spray. La dosis puede ir desde una pulsación dos o tres días por semana a 3 pulsaciones al día. Se pone el pulsador en la parte interna del antebrazo descubierto, con las pulsaciones una al lado de la otra, y se absorbe en unos 30 segundos.
- Estrógenos en parches. Hay presentaciones de 25, 50, 75 y 100 microgramos cada 24 horas. Su efecto dura 72 horas. Se coloca en cualquier parte del cuerpo, excepto en la zona de las mamas y los genitales. La dosis puede ser desde un parche de 25 una vez a la semana a uno de 100 cada 72 horas. Aunque están diseñados para que no se despeguen en ninguna circunstancia, en algunas pieles no se mantienen con facilidad.
Estrógenos en inyectable
Pueden utilizarse cuando la vía oral no es recomendable. No están comercializados en España. Hay mujeres trans* que lo compran online y la dosis y la periodicidad de su administración depende de la concentración del estradiol en cada preparado, pero hay calculadoras online que pueden facilitar este cálculo, para adaptar la dosis en función de las necesidades de cada persona.
Efectos adversos de los estrógenos a corto y largo plazo
- A corto plazo pueden producir nauseas, retención de líquidos, aumento de peso y aparición de manchas cutáneas al tomar el sol.
- A medio plazo pueden aumentar el riesgo de trombosis venosa (coágulos en extremidades y pulmón). Este aumento es más frecuente, si hay antecedentes de familiares jóvenes de primer grado con algún episodio de trombosis venosa o una mutación del factor V de Leyden (predisposición genética).
- A largo plazo, aunque no hay datos concluyentes en personas trans*, pueden aumentar el riesgo de trombosis arterial (infartos y embolias). Este riesgo aumenta con la edad, si hay sedentarismo, obesidad, tabaco, diabetes, tensión alta, colesterol o triglicéridos altos, etc. o antecedentes de trombosis arterial en familiares de primer grado, antes de los 50 años. También, aunque no hay datos concluyentes en personas trans*, parece que puede aumentar el riesgo de padecer un cáncer de mama, con una frecuencia similar al de las mujeres cisgénero.
Desde KASA TRANS* Desvelando Identidades te recomendamos
- Hay muchas falsas creencias respecto a los estrógenos. Descubrirlas y desenmascararlas beneficia a todas las personas que los toman.
- No tomes una dosis superior a la máxima recomendable.
- El ritmo de los cambios depende, básicamente, de la dosis y de la genética de cada cuerpo. Ningún cuerpo responde igual a los mismos tratamientos.
- Cuidar los hábitos de salud disminuye el riesgo cardiovascular: Dieta sana, ejercicio, peso adecuado y no uso de tabaco.
- Al tener mamas, deberás hacer prevención del cáncer de mama (mamografías según tu edad y los antecedentes en tu familia de cáncer de mama).